Enlace al blog Entre árboles y estrellas

A pesar de que no estoy contigo, otra vez apartado del camino puedo sentir tu amor inmenso e imposible.

Los astronautas

Fábulas que no lo son, en escenarios cambiantes tan solo paso a paso, mejor será que entiendas al lobo como si fuera humano aunque lo nombre lobo, lo mismo que al sapo, la mariposa, la cabra, las sombras deformadas y a todos los demás, piénsense desde metamorfosis de ida y vuelta, de instantes de ser todo a la vez (lobo-mariposa-mujer) y no ser nada o solo en partes, de ser malo y bueno, auténticos villanos que son hijos queridos y buenos hermanos.

Entiéndanse las estrellas tal cual galácticos luceros, pero también como una ilusión como un reflejo abstracto, lejano e ideal, como cualquier cosa y al agua como a piedras, al odio como amor, al árbol viejo como a un niño, si quieres, al pájaro como un sonido y al hombre silbido como a un ave de amor y juventud silvestre, escurridizo, también transmútese en halcón astuto y desconocido, como tú quieras, te repito.

No pido que sigas esto con razón, por otra parte inexistente, más bien que pierdas tu tiempo en miradas hermosas siempre, de arte estático, costosa sinfonía de un instante, puedes cerrar los ojos, ir, venir, retroceder al centro y a la esquina en un instante, libre, posarte en una flor. Nadie te pide nada, tú coge lo que quieras y es bastante.

Parte desde donde quieras, que yo salí de Sarria, desde aquí y consuélate, siempre, hoy, sabiéndote astronauta hermosa o hermoso e inocente.

 

 

 

 

Gacelas y truchas en el Catasol

¿Qué ocultas tras la niebla tachada, en gris tupido?

como una losa para tapar ¿negando acaso?

Menos por menos, más.

Gacelas y truchas en el Catasol

¿Qué te ha hecho querer enterrar aquel trozo con material pesado?

Lobo occipital de la materia ¿la distancia, el tiempo?

A todo lo cubre el polvo, la yedra, todo se gasta

se hace tan fino el que fue grueso cordón

se aleja el astronauta de aquella trayectoria.

Y en el Catasol encantado, aguas aparentemente claras,

regadas con mortal toxina emponzoñada...

Saltan las gacelas las piedras del arroyo tras la huella invertida

y ahora, no.

Astronautas inquietas, navegantes aladas, migratorias.

Salta dulce Gacela, moteada en cuentas, pecas,

rubia y… desenfadada hada.

Y siento el perfil abierto de una trucha envenenada en el Catasol

¡Para, no bebas el afluente pervertido!

¡Y escupe el agua que en la sed me hiriera el alma!

¡Enviste con las astas, fiera, salta, salva lo que puedas!

y por fin derrama el agua de tu boca, ahora destilada y pura.

Vuelve cuando quieras y bebe, el milagro ya se ha hecho,

vuelven a saltar peces en el Catasol

y vuelven los lobos a pescar.

Atrás, en el lugar ¿ lejano ya? ¿fría la losa?

en él la forma, el color, el movimiento quedan.

¿Qué ocultas tras la niebla tachada, en gris tupido?

como una losa para tapar ¿negando acaso?

Menos por menos, más.

Gacelas y truchas en el Catasol

¿Qué te ha hecho querer enterrar aquel trozo con material pesado?

Lobo occipital de la materia ¿la distancia, el tiempo?

¿Y nuestras sombras de Sol, queda algo de ellas? No, ¿o sí?

En esa curva fresca se encuentra la explosión

de una experiencia rica, tonta, rara, de…

Saltan las gacelas las piedras del arroyo tras la huella invertida

y ahora, no.

Astronautas inquietas, navegantes aladas, migratorias.

Entre Lug y tú -busca y te anticipo que es en el Camino un perro y un…-

Gruñiremos, cantaremos en la mesa con un vino, con una cerveza clara.

Salta dulce Gacela, moteada en cuentas, pecas,

rubia y… desenfadada hada.

Vuelve y bebe, el milagro ya se ha hecho,

saltan truchas sanas en el Catasol.

Tallaste perro –para ellas- a dentelladas astas de palo,

Y ella cuenta largas historias, con muy pocas palabras,

Gacela alada, trucha fuerte, frágil sombra del Catasol salvada.